Rayen CASCADA Y SALTO CON NOMBRE DE PRINCESA MAPUCHE
COMO LLEGAR
Red vial Purén - Contulmo distante 8 Km. de la ciudad. Existe señalización. Ahí encontrará al vecino del sector Juan Pinto y familia, quienes se dieron hace doce años la tarea de adecuar los senderos para llegar a la cascada de unos 17 metros y el Salto Rayén propiamente tal de 22 metros. Las aguas corresponden al estero “Las Minas”, nombre adoptada porque antiguamente se extraía oro. La exuberante naturaleza con helechos gigantes que miden más de 2 metros. Además, quilas, boldos, canelos y laureles milenarios le permitirá al visitante disfrutar plenamente de acuerdo a su propio interés, sea por sus condiciones de existencia de seres orgánicos, animales y vegetales, sea por su interés histórico o por su especial pureza natural que le puede dar al espíritu o por inspirarle alguna obra literaria.
Durante el recorrido les dará un pequeño susto el potente trinar el pequeño chucao. En contraste con los bosques de pinos y eucaliptos de su alrededor, en este paraíso se podrán observar los procesos naturales de cada ecosistema. Por otra parte, sin mediar mayor temor aparecerán tímidamente caminando las arañas “pollito” Y el asombro podría se mayor si encuentra “el monito del monte”, el más pequeños de los marsupiales y algún pudú.
Visitarlo es un excelente desafío para un raid de caminata. Por lo tanto, se debe ir dispuesto a sortear senderos con algunas dificultades .Ir con ropa y zapatos adecuados. Los menores deben ir acompañados de sus padres u otras personas mayores. Si casualmente han podido entrar, simplemente no llegarán al lugar de la cascada y del salto. Es más, podrían tener algunas caídas en las primeras dificultades
RAYEN , LA LEYENDA Hace muchos años, en los bosque del sur vivía una hermosa niña llamada Rayén. Ella amaba a Maitú, el guerrero más valiente de su tribu. Habían sido prometidos en matrimonio por sus padres cuando eran niños. Un día de primavera, Maitú partió con los hombres del pueblo, a luchar en una batalla a orillas del río Toltén. Rayén estaba muy triste. Como era habitual, cada vez que Maitú se ausentaba, Rayén subía al pino más alto del bosque. Desde allí, podía observar el polvo que levantaban los guerreros en el combate, y cuando regresaban, salía a su encuentro. Pero esa mañana no vio nada y su marido no volvió. Rayén llora de pena en el bosque derramando muchas lágrimas que se convirtieron en flores de sangre. Colgando de los árboles altos y pequeños, se tiraron a los pies de la niña, diciéndole que con su pena les dio la vida y ellas le darían alegría. Es así, que la hermosa Rayén se tendió y una alfombra roja salió volando por los cielos. Era la princesa mapuche que iba al encuentro de Maitú. Desde entonces florecen los copihues, recordando el dolor de la mapuche y el valor del guerrero que lucha hasta morir.
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