jueves, mayo 08, 2008

MAESTRO LARA,




A los 12 años ya empuñaba el hacha y la azuela
Al momento de decidir construir, reparar o ampliar una vivienda en Purén el primer paso es buscar la persona que sabe de este oficio. Muchas veces para construir una vivienda se inicia sin más que con el típico “monito”. Llega otro momento de la obra en que se necesitan puertas y ventanas. En este sentido hay personas que prácticamente se dedican solamente a esta especialidad.

En calle Amunátegui 450 interrumpimos el cotidiano trabajo de un purenino, de menuda figura pero de una altura personal al que pocas personas pueden llegar, don Bernardo Lara Quilodrán, de 89m años, quien se hizo un profesional de la carpintería, por tradición familiar.

Nos cuenta que ya a los 12 años en el sector rural de Chacras Buenas en la comuna de Contulmo, con la mirada atenta de su padre ya empuñaba el hacha o la azuela “labrando palos” de ulmo, que luego se convertiría en yugos. Muchas veces acompañó a su padre a Los Sauces en donde tenía “entrega de esos elementales implementos de la agricultura. En cada oportunidad, llevaban unos 100 yugos Precisamente en esos viajes a Los Sauces le ofreció trabajo el empresario agrícola Carlos Kramer, quién siendo muy jovencito en una de sus responsabilidades, le encomendó el cuidado de un vivero de pinos y eucaliptos en un campo que tenía en Pangueco, aquí cercano al pueblo de Purén, nos aclara.

A los 35 años se independizó, siempre perfeccionándose en el trabajo de la madera, pero ya en algo más específico: construyendo casas, con todas sus dependencias e instalaciones. Solamente en estas ocasiones tenía ayudantes, pero en su hogar no era necesario ya que su especialidad preferida es la confección de puertas y ventanas, no los necesitaba. Tiene en su taller toda la tecnología necesaria: 4 bancos con sus respectivos motores según la necesidad, sierras, torno, cepillos, tupí, lijadoras, taladros y las tradicionales herramientas manuales, entre ellos formones y gubias.

Con su especial sonrisa de hombre bueno, orgulloso y emotivos relatos, sigue contando cómo se fue haciendo en este oficio, pero que interrumpimos al verificar que en su mano izquierda sufrió un accidente. “Eso fue a los 50 años cuando una cepilladora le cortó la primera falange de dos dedos de la mano izquierda, dice con resignada aseveración.

Y la pregunta del millón ¡cómo se ha mantenido tantos años trabajando! Y la sabia respuesta. “El trabajo mantiene la buena salud. Si no tuviera trabajo, ahí me enfermaría”, aseguró Ya a las 8 de la mañana ya está en su taller. Nos cuenta que ha ido al hospital para verificar su estado de salud. Me han hecho exámenes y no tengo ninguna enfermedad.

Más adelante afirma relata que no solamente el trabajo hace que la persona conserve su salud física sino que también y la espiritual, la del “alma” enfatiza. Y para eso soy cristiano – católico. Mi devoción semanal es ir a misa todos los domingos, en donde, aparte de agradecer a Dios por todo lo que me da, comparto con viejas amistades, principalmente al salir del templo.

Esperamos como medio informativo entregar en el futuro cercano la noticia que “ el maestro Lara recibió el homenaje y el reconocimiento de su vasta trayectoria y que entregó además a la sociedad chilena a 6 hijos que están contribuyendo al progreso en distintas localidades del país, cumpliéndose ese slogan “ los hijos son sólo prestados”, ya que él vive sólo, pues su esposa falleció hace 15 años.

Al caer la tarde de los últimos rayos de sol otoñal que alumbraba tímidamente el taller del “maestro Lara”, nos despedimos de este casi nonagenario personaje, artista y trabajador del oficio del Divino Maestro, del indómito Purén.

Felicitaciones don Bernardo y que Dios, le siga protegiendo por muchos años más